miércoles, 16 de mayo de 2012



LA PRESENCIA DE DIOS, NUESTRO MÁS GRANDE PRIVILEGIO

Deidades paganas
Para la mayoría de las civilizaciones antiguas existía no solamente un dios, sino una deidad suprema y muchos otros dioses locales. La característica que tenía la divinidad suprema era que no atendía directamente los asuntos de la humanidad. Claro, era un titan poderoso,  pero él estaba interesado en otros asuntos  y no moraba con los mortales.
Hablando de los griegos, ellos tenían un dios supremo que gobernaba,  pero  existían dioses para diferentes actividades y objetos de la naturaleza,  especializados en el amor, los sueños, el trabajo, la familia, la lluvia, el sol, etc. Los seres humanos podían comunicarse con las deidades, cabe mencionar que estas  tenían acceso al dios supremo, privilegio que no gozaban los seres humanos.

Estos dioses  tenían algo en común con los seres humanos, compartían las mismas emociones, eran alegres, vengativos, irritables, rencorosos, agresivos,[i] etc. Es por eso que tenían  que estar con mucho cuidado ante estos dioses. Por cierto, ¡hay de aquellas personas que no le presentara una buena ofrenda! O los ofendiera, cualquier dios podía reaccionar con un huracán, terremoto, incendio o cualquier calamidad. Había que darles lo mejor para tenerlos contentos. Este hecho llevó al apóstol  Pablo a mencionar “al dios de lo desconocido” en una de sus predicaciones,[ii] pues en la mentalidad griega si se pasaba por alto la adoración y homenaje  para “un dios” podía ser fatal[iii], así que  por las dudas había un altar sin nombre.


Nuestro maravilloso Dios
La Biblia al describir a Dios lo presenta  como si fuera  humano, que se ha denominado como “antropomorfismo”. Por eso hemos de tener mucho cuidado al leer textos en donde se le presente de esta manera, con cualidades humanas. Los escritores bíblicos pudieron percibir lo que veían, si sucedía un terremoto o una enfermedad o un desastre, ellos le atribuían esos eventos a Él. En la Biblia, se  puede describir a Dios, vengándose[iv], enojado[v],  alegre[vi], riéndose, burlándose.[vii] En fin se le atribuyen  muchas cualidades  humanas, diría, muy humanas. Sin embargo, Jehová no cambia, ni hay sombra de variación en él.[viii]
Él no cambia. Y su mayor deleite es amar.[ix]  Consideremos que lo que Jehová le dijo a los exiliados en Babilonia, “Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes —afirma el SEÑOR—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza.[x]
 Haciendo un recuento rápido del pueblo de Israel, Dios siempre quiso lo mejor para ellos, es muy diferente que  abandonaron su seguro refugio, que era Dios, y muchos de ellos perecieron, no porque Dios los castigara, sino porque se entregaron en los brazos del enemigo que ha venido para “robar, matar y destruir…”.[xi] En contraste nuestro Dios de amor que vino para que tengamos vida, y la tengamos en abundancia. Podemos asegurar que nuestro Dios, es un Dios de amor, no sujeto a emociones humanas. Con la determinación de darnos lo mejor para nuestras vidas si así lo permitimos nosotros.


Nuestro gran privilegio
Existe una gran diferencia entre la deidad suprema de las civilizaciones paganas y nuestro Dios. La deidad suprema no bajaba a la tierra. Nuestro Dios está con nosotros a cada instante. También no necesitamos de dioses para cada actividad, porque Nuestro Dios está interesado en cada detalle de nuestra vida y lo que pasa a nuestro alrededor, él puede reírse y alegrarse con nosotros,  nos abraza cada vez que lloramos. “No se  derraman lagrimas sin que él lo note. No hay sonrisa que para él pase inadvertida”.[xii]

Nuestro Dios se hizo humano para poder comunicarse de manera propia con la humanidad. Es inefable como el Dios todo poderoso decidió habitar como hombre en medio de nosotros, con la finalidad de darnos vida, y vida en abundancia. Las Escrituras presentan al Creador del mundo encarnado a fin de poder entender todas nuestras penas y dolores como también nuestras alegrías.
“Dios con nosotros”; es nuestro privilegio, es nuestra alegría, es nuestra seguridad, es nuestra ayuda, es nuestra esperanza, es nuestra mayor y más grande satisfacción que como seres humanos podemos tener.


Marcos G. García


[i]Los Dioses Del Olimpo: Mitología Griega, consultado en línea el  04 de  septiembre del 2011, http://www.portalplanetasedna.com.ar/mitologia_griega1.htm.
[ii] Hech 17:23, nota: se ha usado la Nueva Versión Internacional (NVI). 
[iii] “dioses de la mitología griega” documental, visto en línea el 04 de septiembre del 2011, http://tu.tv/videos/dioses-de-la-mitologia-griega_2.
[iv] Sal 94:1.
[v] Ex 32:12.
[vi] Sal 32:11.
[vii] Sal 2:4.
[viii] Sant 1:17.
[ix] Mi 7:18.
[x] Jer 29:11.
[xi]Jn 10:10.
[xii] Elena G. White, “El Camino a Cristo”, (México: Gema editores), 84.