lunes, 8 de diciembre de 2014

Estudio breve sobre Lunas nuevas, navidad y otras festividades



Lunas nuevas, navidad y otras festividades

Por Marcos G. García 

Cuando se acercan las fiestas de fin de año, especialmente navidad, se oyen voces intentando persuadir al cristiano que esta fiesta es del “mundo”, y con toda razón, pues no estamos en otro planeta sino en el “mundo”.

Dios ocupa diferentes formas para hablar al hombre…

Personajes

Lenguaje
Nabucodonosor
Pagano; una estatua.
Daniel
La creación; mar, bestias e hijo de hombre





Se pasa por alto que Dios ha usado lenguaje muy humano, ajeno al cielo para comunicarse con el hombre, solo que en su sabiduría  Dios modifica o cambia el sentido de algo común para enseñar una gran verdad.


También ha permitido que su pueblo instituya algunas fiestas que él no había dejado o enseñado, como las que se mencionan a continuación.

Las lunas nuevas y otras festividades israelitas: Á. Manuel Rodríguez teólogo adventista dice, “La institución de los festivales de la luna nueva parece relacionarse con la adoración a los dioses de la luna en el Antiguo Cercano Oriente. Las celebraciones de la luna nueva honraban a estos dioses y, en algunos lugares, eran realizadas cada mes. Entre algunos cananeos, el día más importante (el día de la luna llena) estaba dedicado al dios de la luna”.
El error de ellos residía que en sus fiestas adoraban a la luna, sol y sus diferentes dioses creyendo que ellos eran los que fertilizaban y hacían prosperar sus cosechas.
Pues bien, Dios ocupa el ciclo de las lunas y el ciclo de las siembras y cosechas para enseñarle a Israel quien era el proveedor y sustentador de todo: Jehová, no los dioses de los cananeos.

Purim y Hanukka: Purim, considerada como una fiesta que no es de la torhá (ley de Moisés), es conmemorada el 13 del mes judío de Adar. El pueblo de Dios recuerda que Jehová los salvó milagrosamente de las maquinaciones satánicas de Amán, según lo relata Ester 9. Es considerado uno de los días más alegres de las festividades hebreas, iniciándose con ayuno y oración el día 12 de Adar para que durante este día (el 13) se realice un gran banquete.

Hanukka, significa dedicación, también considerada una fiesta ajena a la torhá, los judíos la celebran hasta hoy, puede ser llamado el día de la “independencia judía”. Gracias a los Macabeos, en este día festejan el fin de la opresión por parte de los helenos, dirigidos por Antíoco IV quien había puesto una estatua de Zeus en el templo de Jerusalén y había sacrificado un cerdo en el altar.
Esta fiesta tiene una duración de ocho días empezando el 25 de Kislev del calendario judío (entre noviembre y diciembre). También es llamada la fiesta de las luces, pues se relata que uno de los brazos del candelabro del templo duró ocho días encendido con muy poco aceite. Cabe mencionar que Jesús asistió a esta festividad según lo relata Juan 10:23, “que Jesús se paseaba por el templo”, justo durante la fiesta. Aunque no fueron dadas por Dios su celebración no perjudicaba su relación con Dios.

Navidad: Como adventistas estamos seguros que Jesús no nació el 25 de diciembre, también creemos que esta fecha basa su historia en mitos y leyendas extra bíblicos, creo que eso nadie lo discute.
Ahora es tarea del cristiano poder usar esta significativa celebración para enseñar la gran verdad del evangelio, no quiere decir que creamos en Santa Clous y sus renos, tampoco que adoremos o creamos en las míticas leyendas del pino y su estrella.

Conclusión

  •  No es mi intención cambiar el parecer y la práctica de nadie, más bien solo pretendo que conozcamos que el mismo Dios usó costumbres y creencias que el mundo politeísta usaba, la diferencia fue que Dios les dio un giro o cambio.
  • Navidad, pinito, estrellas, esferas, etc., hunde sus raíces en mitos y leyendas ajenas al cristianismo, así como las lunas nuevas y las fiestas de siembra y cosecha antes que Jehová las usara para su pueblo, pienso que esto no puede ser un impedimento para que como Adventistas usemos esta fecha para predicar el nacimiento y obra de Jesús.
  • Creo que ningún cristiano maduro cifrará su predicación en un pino de navidad o una estrella o cualquier otra festividad propia de este mundo, porque nuestra predicación no depende de las circunstancias, pero si la ocasión del año que nos toca vivir sirve como trampolín para nuestro mensaje, tenemos que aprovechar.
  • Para los no convertidos, navidad es solo un pretexto para vivir de manera intemperante, reír sin razón, gastar sin razón, etc., esto significa que como adventistas tenemos que darle un cambio significativo a esta fecha o fiesta.
  • Muchas personas están sensibles, por las razones que sean, nuestro mensaje del Salvador nacido en Belém puede resonar en quienes impresionados por estas fechas buscan la felicidad verdadera. 

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